La ideología de género «niega la obra de Dios», dijo el Cardenal Ouellet

La ideología de género «niega la obra de Dios», dijo el Cardenal Ouellet

1 de octubre de 2015 Desactivado Por Regnumdei

Según esta ideología el hombre puede elegir lo que quiere ser, puede ‘rehacerse’ sólo, puede realizarse por sí mismo sólo sobre la base de la voluntad de poder. En cambio, Dios quiere ‘divinizarnos’ en la Gracia, es decir, en el libre intercambio de amor entre Él y nosotros en Jesucristo.

La ideología de género «niega la obra de Dios, convirtiéndose en una antropología sin Dios», dijo el Cardenal Ouellet

Roma ( Gaudium Press) 

Sobre el perfil de un obispo católico, apropiado a las actuales circunstancias que vive la Iglesia, el purpurado señaló que un prelado «debe ser un hombre de fe firme: lo más importante es la fe del pastor. Debe ser un hombre preparado intelectualmente, capaz no sólo de predicar la fe sino también de defenderla. Éste es un rasgo que san Pablo subraya cuando habla de los obispos». Igualmente señaló que uno de sus rasgos debe ser la valentía: «En la cultura se ven menos los valores cristianos y los medios de comunicación son a veces muy críticos con la Iglesia. Por lo tanto, se necesita coraje para afrontar estos ataques y para proteger a los fieles de todas estas corrientes anticristianas así como para hacerles mantener la fe».

Afirma el Cardenal que una característica de una eficaz nueva evangelización que combata el secularismo tiene que ser una fuerte y renovada comunión eclesial: «Están bien las ideas nuevas, los proyectos nuevos, pero lo que convence es la verdadera comunión dentro de la Iglesia. Si nosotros no estamos en comunión unos con otros, entonces la presencia de Dios no es palpable y la Buena Noticia del Evangelio no pasa».

El purpurado tuvo fuertes palabras contra la ideología de género, «esta ideología hace desaparecer la natural complementariedad de los sexos, la reduce a un factor cultural, niega que el hombre recibe su identidad de Dios y, en este sentido, niega la obra de Dios, convirtiéndose en una antropología sin Dios».

«En la óptica de esta ideología el hombre puede elegir lo que quiere ser, puede ‘rehacerse’ sólo, puede realizarse por sí mismo sólo sobre la base de la voluntad de poder -continuó el Cardenal. Ya en el Génesis se habla de esto: queremos ser como Dios, pero sin Dios. En cambio, Dios quiere ‘divinizarnos’ en la Gracia, es decir, en el libre intercambio de amor entre Él y nosotros en Jesucristo. Los diversos lobbies quieren imponer a la gente esta ideología también a través de las legislaciones estatales. Entonces la Iglesia debe proponer la verdad sobre el hombre a la luz de la Revelación».

El purpurado también destacó, como un gran signo de esperanza que se constituye también en «nueva evangelización en acto», a los «grandes movimientos eclesiales» y las «muchas nuevas comunidades» que han surgido recientemente en el seno de la Iglesia.

«La realidad del Evangelio es el encuentro con Jesús, el Resucitado, que fascina y que hace nacer la comunión. Y donde hay comunión, está la Iglesia. Las nuevas comunidades son la nueva realidad de la Iglesia que puede revitalizar las parroquias y el tejido eclesial», concluyó.