“El rostro sonriente y dulce de la Iglesia”
Benedicto XVI invita a los matrimonios cristianos a ser “el rostro sonriente y dulce de la Iglesia”, en el mensaje enviado al XI Encuentro internacional del movimiento de espiritualidad conyugal “Equipes Notre Dame”, que se está desarrollando en Brasilia (Brasil) donde matrimonios de todo el mundo se reúnen bajo el lema «Atreverse a vivir el Evangelio». Los asistentes suman más de siete mil personas, entre tres mil parejas y consejeros espirituales.
A través de un mensaje firmado por el Secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, y leído durante la ceremonia de inauguración, el Santo Padre recordó las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que «ofreció a la Iglesia un rostro renovado del valor del amor humano y de la vida conyugal y familiar», e indicó que los matrimonios, formados por un hombre y una mujer, «deben ser los mejores y más convincentes mensajeros de la belleza del amor sostenido y nutrido de la fe, don de Dios, ofrecido con generosidad a todos para que cada día descubran el sentido de la vida”.
En el texto el Santo Padre señaló también que el matrimonio exige esfuerzo y sacrificio, y a pesar de «los problemas y las dificultades que el matrimonio y la familia experimentan hoy, circundados por un clima de creciente secularización», los esposos cristianos «deben proclamar la verdad fundamental sobre el amor humano y su significado más profundo».
Al recordar las palabras del papa Pablo VI, Benedicto XVI recordó que un hombre y una mujer que se aman, la sonrisa de un niño, o la paz de un hogar «son el reflejo de otro amor, aquel infinito de Dios».
El Santo Padre subrayó que «este amor ideal puede parecer demasiado alto», y por eso resulta muy útil la contribución de los Equipos de Nuestra Señora, al proponer «sugerencias sencillas y concretas para vivir en lo cotidiano la espiritualidad de los esposos cristianos».
El Papa recordó que los “Equipes Notre Dame” alientan a sus miembros, además del recurso a los sacramentos, a compromisos concretos y sencillos, entre ellos el “deber de sentarse”, es decir, de mantener periódicamente un tiempo de diálogo personal entre los cónyuges.
“En nuestro mundo, tan marcado por el activismo y el individualismo, la prisa y la distracción, el diálogo sincero y constante entre los esposos -dice el mensaje- es esencial para evitar que nazcan, crezcan y se sedimenten las incomprensiones que, desgraciadamente, a menudo desembocan en rupturas insanables que ninguno puede reparar”.
El Papa indicó también que es importante cultivar el diálogo entre los cónyuges, para que los esposos se encuentren con total sinceridad y analicen y escuchen los problemas más importantes de la vida en pareja.
Para concluir, el Papa resaltó que el mundo actual, marcado por el «individualismo, el activismo, la velocidad y la distracción», requieren de forma especial «el diálogo sincero y constante entre los esposos», para evitar las «incomprensiones que a menudo terminan en rupturas incurables».
El movimiento fue fundado en 1939 por el sacerdote francés Henri Caffarel.