El Deporte debe ser Escuela del Respeto
Benedicto XVI recuerda las palabras de su predecesor, el beato Juan Pablo II, que decía que "el deporte es importante para el desarrollo integral de la persona y es un elemento muy útil para la construcción de una sociedad a medida del hombre. El sentido de fraternidad, la generosidad, la honestidad y el respeto por el cuerpo ayudan a construir una sociedad civil donde el antagonismo se sustituye por una competencia sana, y donde el encuentro es preferible al conflicto".
Así entendido, explica el Pontífice, el deporte no es un fin sino un medio, puede llegar a ser un vehículo de civilización, animando a las personas a poner en el campo lo mejor de sí mismas y a rechazar lo que podría ser peligroso o gravemente perjudicial para uno mismo o los otros”.
Además, los deportes de equipo, como el futbol, señala el Santo Padre, “son una escuela importante para educar el sentido del respeto por los demás, incluso del adversario deportivo; ayudan al espíritu de sacrificio personal por el bien de todo el grupo; mejoran las relaciones dentro del equipo, y hacen que se supere la lógica del individualismo y el egoísmo, que a menudo caracteriza las relaciones humanas, para dar cabida a la lógica de la fraternidad y el amor, la única que permite promover -a todos los niveles- el verdadero bien común”.