Llamamiento del Papa contra minas antipersona
“Hoy se celebra –comenzó el Santo Padre-, la Jornada internacional para la sensibilización sobre el problema de las minas antipersona, a cuyas víctimas, junto a sus familias, expreso mi cercanía. Animo a todos aquellos que se empeñan por liberar a la humanidad de estos terribles y engañosos artefactos, los cuales, como dijo el beato Juan Pablo II con ocasión de la entrada en vigor de la Convención para su prohibición, impiden a los hombres caminar “juntos por los senderos de la vida, sin temer las asechanzas de destrucción y muerte”.
“En efecto, continúo el Papa, como decía el papa Wojtyla –el 28 de febrero de 1999– “para toda la comunidad internacional se trata de una meta, que representa una victoria de la cultura de la vida sobre la cultura de la muerte”. A la vez que recordaba que la Santa Sede se adhirió a la Convención para la prohibición y destrucción de las minas antipersonas ya desde el comienzo, firmando y ratificando el documento de Ottawa del 4 de diciembre de 1997.
“Desgraciadamente –añadía el beato Juan Pablo II –, es aún largo el camino para que el mundo se vea libre de estos terribles y engañosos artefactos”. Por esta razón, pedía a Dios “que dé a todos la valentía de la paz, para que los países que aún no firmaron este importante instrumento del derecho internacional humanitario lo hagan cuanto antes, y continúen con perseverancia la actividad de desactivación y la labor de rehabilitación de los heridos.