DAN CUENTA DE LOGROS Y FRACASOS CONTINENTE AFRICANO
CIUDAD DEL VATICANO, 20 OCT 2004 (VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, intervino ayer en la sesión plenaria de la 59 Asamblea general dedicada al análisis de los progresos y la ayuda internacional al NEPAD (Nueva Alianza para el Desarrollo de Africa) y a la iniciativa de acabar con la malaria en la próxima década en los países en desarrollo. En su intervención, el nuncio se refirió al «deber de la comunidad internacional, sobre todo de los países mas poderosos, de reajustar los desequilibrios económicos que penalizan Africa», y reconoció que el continente africano «hace cada vez más por establecer y mantener la paz, la seguridad, y prevenir los conflictos, a pesar de las numerosas adversidades a las que hace frente y la escasez de medios para superarlas». Después habló de los buenos resultados obtenidos gracias a la cooperación entre Naciones Unidas y diversos organismos africanos, entre otros, la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (ECOWAS). «La gestión de los conflictos en Africa Occidental merece también una mención especial -dijo-. La tendencia actual de armonizar los niveles internacionales, regionales y sub-regionales no es solamente una medida del éxito que han alcanzado los miembros de la Unión Africana, sino un éxito que puede servir de modelo para resolver las crisis en otras partes del mundo y para la reforma de las Naciones Unidas». «La gestión solidaria de los asuntos de Africa por parte de los africanos -subrayó- permitirá avances importantes a la hora de satisfacer las necesidades fundamentales: agua potable, alimentos, viviendas, sanidad y reducción de la difusión de la malaria y el SIDA». Sin olvidar los logros, como la adopción de algunos acuerdos de la OMC (Organización Mundial del Comercio), que reabrieron las negociaciones de Doha teniendo en cuenta «varias dificultades expresadas por las naciones africanas», el nuncio lamentó que el «reciente Consejo de Directores del FMI y del Banco Mundial, así como la reunión de los ministros de Finanzas del G7 que lo precedió, no consiguieran llegar a un acuerdo sobre la condonación total de la deuda de los 27 países más pobres». Sin embargo, agregó, «por lo menos se puede decir que por primera vez en la historia se ha alcanzado el consenso sobre la necesidad de eliminar una deuda como esa».